"…y la gran virtud de Johan siempre
ha sido no saber perder. Lanzó un órdago al mundo del fútbol antes de aquella
final: “Nosotros fichamos a Romario, ellos fichan a Desailly..con esto se dice
todo”. Se confundió con prepotencia, él sabía que esa final significaba
mucho más que una final. Murió de pie a manos de un entrenador que entendía
el fútbol como un trabajo..y no supo asimilarlo. La locura de Cruyff en el
vestuario escuchando los cánticos de La Fossa del Leoni y las decisiones
tomadas en el autobús de camino al aeropuerto marcaron el final de la etapa
como Johan como entrenador. Siguió dos años pero se había acabado el encanto
porque Cruyff nunca luchó por ganar ligas..sino por cambiar el fútbol. La
Batalla la había ganado el banco de lo táctico, lo físico, del fútbol
resultadista…"
Este párrafo del libro
“Futbolitis” de Marcos López fue el que me hizo querer revisar el partido
disputado en Atenas el 18 de Mayo de 1994. En esas palabras, varias frases muy
buenas para acercarnos a lo que suponía el partido y las consecuencias que tuvo
como fue la “no” renovación de Zubizarreta y algún otro jugador que a priori
iba a continuar.
Esta final enfrentaba a los dos
equipos ya no del momento, sino de los últimos años con un Milan, que había sido
campeón en los años 89 y 90 y subcampeón en el 93 frente a un Barcelona que
había ganado su primera Copa de Europa en el 92 y dominaba en España después de
haber ganado su cuarta liga consecutiva apenas tres días antes.
En un torneo con un sistema de
competición diferente al actual, Barcelona y Milan llegaron a la final después
de imponerse por 3-0 en semifinales (se disputaron a partido único) a Oporto y Mónaco respectivamente. Ambos
equipos se habían clasificado como primeros de grupo en la liguilla de cuartos
de final.
El partido (podéis verlo completo pinchando aquí) llegaba marcado por la diferencia de tiempo que tuvieron los
dos equipos para prepararlo (el Barcelona se había jugado la Liga tres día
antes) y las bajas en el Milan tanto de Baresi como Costacurta lo que obligó a
Capello a recomponer una defensa que funcionaba a las mil maravillas.
Si queréis ver un análisis
táctico detallado os recomiendo este (pincha aquí) que incluye imágenes muy
visuales y explicativas. Por mi parte, después de revisar el partido trataré de
destacar alguna jugada o situación así como poner encima de la mesa alguna
pregunta que me surge como puede ser si realmente pudo haber un exceso de
confianza por parte de los azulgranas o influir la preparación física y en
cuanto al partido, el peso psicológico que pudo tener recibir el segundo gol en
la última jugada de la primera parte, así como el tercero en la primera jugada
de la reanudación.
Durante los primeros compases de
partido me llama la atención el poderío en el juego aéreo de Nadal, si bien
después quedará algo retratado tanto en el primer como en el tercer gol. El
primero gol llega después de un despeje suyo que acaba cayendo en los pies de
Savicevic (sino el mejor, uno de los mejores del partido), este lo encara y
Savicevic se acaba plantando en el area. El tercero, cierto es que pudo sufrir
falta por parte del jugador.
El Milan tenía claro que debía
evitar que el Barcelona conectase con Pep Guardiola.Para ello fue clave el trabajo de los dos delanteros (Savicevic y Massaro) así como los mediocentros (Albertini y Desailly) que saltaban a presionar cuando recibía o se situaban cerca para impedir que lo hiciera.
Al Barcelona le costaba crear
situaciones de peligro y en busca de solucionar este problema, Johan Cruyff
ordenó alrededor del minuto 30 de partido que Stoichkov y Beguiristain
intercambiaran sus posiciones.
En el minuto 38 de partido y ya
con un 1-0 en el marcador, Romario (con poco peso en el partido en parte debido
al marcaje de Galli) dispuso de una ocasión en una de las pocas ocasiones en
que Guardiola consiguió combinar con Amor. Este, asistiría a Romario que en un
movimiento ganando la espalda del defensa italiano casi consigue el gol del
empate.
De todas maneras, los de Capello
siguieron siendo los dueños del encuentro con un Desailly destacado en el
mediocampo robando balones e impidiendo el juego azulgrana. Los últimos minutos
de la primera parte fueron de absoluto dominio italiano que acabó teniendo
recompensa cuando en la última jugada de la primera parte, Massaro conseguía
rematar una gran jugada colectiva y de Donadoni desde el lado izquierdo del ataque.
Con este gol, los equipos se
fueron al descanso y cualquier atisbo de reacción se vio truncado cuando en el minuto
2 de la segunda parte, Savicevic ponía el 3-0 en el marcador con una genial vaselina. Este gol ya sería una losa para los azulgrana que verían como
Desailly al igual que Savicevic, tenía premio a su gran partido y en el minuto
59 de partido ponía el 4-0 en el marcador. Tras este gol, la última media fue
un trámite ya que el ritmo del partido decayó por completo.
Con el pitido final, y la
victoria en este encuentro, Capello consiguió romper una racha ya que venía de
perder las últimas 3 finales, después de haber sido derrotado en la anterior
Copa de Europa por el Olympique de Marsella, en la Intercontinental por el Sao
Paulo y por el Parma en la Supercopa de Europa.
La derrota culé dejó la imagen de
Romario y Stoichkov en el túnel de vestuarios cuando aun se estaba celebrando
la entrega de trofeos pero de mayor transcendencia fueron las decisionestomadas por Cruyff en las horas y días siguientes a esta derrota que supuso ya
no un mazazo en aquel momento sino que fue el principio de la decadencia de un
equipo de leyenda y que cambió la historia azulgrana.
Enlaces relacionados:
Análisis táctico (muy completo) del partido. Articulo de @lankyguyblog